Sí, ahora me acuerdo, era Axolotl , exactamente lo que
estaba leyendo en el banco enfrente de ellos, en un espacio del Jardín Botánico
resguardado por árboles al que me gustaba ir con un libro algunas tardes de
sábado, durante unos años que vivía cerca de allí.
Nunca les había prestado particular atención y quizá
tampoco a ninguna de las esculturas que me cruzaba en los senderos atravesando
el parque hasta llegar a ese rincón que poco a poco fue lo único que me
importaba del lugar, por algún motivo los caminantes no iban casi por ese
lado, en verano cuando se llenaba de adoradores del sol lo hacían alejados. Así
y todo hasta esa tarde no había reparado en ellos, hasta que entre una de las varias lecturas del principio del
cuento de Cortázar, /Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardin des Plantes y me quedaba horas mirándolos,observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl / enredado en el
magnetismo de esas primeras imágenes levanté la mirada hacia las nubes, al bajar percibí que ellos estaban envueltos en un
plástico, que estaban heridos, no sé si fue eso
lo que hizo que les viera esta vez de otro modo, y me preguntara si les
habían envuelto o eran ellos yéndose, primero de las miradas, luego de la
inmovilidad, de la luz, luego de todos.
Sus miradas son hacia el cielo o la noche, pero no el mismo
ni la misma, cada uno es imán de una nada opuesta, de un sino en direcciones
distintas, ahí fue cuando me surgió la necesidad de quedarme con ellos, ahí,
no antes, ni quizá mas adelante que seguramente los reconstruirían, fui a
buscar la cámara y volví cuando el sol ya empezaba a bajar.
Unos años después
escribiría una serie de poemas luego de haber transitado por algunos pasillos
luminosos en el principio y oscuros en el final , como dicen que dijo Lope
de Vega: el amor tiene fácil la entrada
y difícil la salida, ellos ya lo sabían muchas veces, mas que nadie.
Esa noche casi no dormí pensando en como se verían bajo la
penumbra plateada de la luna, o tal vez por las noches no estaban, viajaban al
fuego del pasado y por eso volvían cada vez mas dañados, prefería
imaginarlos recostados en el mismo banco a donde ya no quise sentarme nunca más. Tiempo después arreglaron la escultura, pero ellos ya no están ahí, como la
cigarra dejaron sus pieles, su apariencia, su canto mudo distrae la
lectura de otros en otros parques.
RC 2013
Canción de nunca llegar
Luz de los ojos en las manos
la calma del verano en los
silencios
y la voz de los sueños
volviendo
traíamos esa mañana
después de tanta noche a
cuestas
las promesas son llamas de
velas
que cesan, hojas en blanco,
corazas
de algodón para cuidar la
verdad
trigo de los labios
nos dimos alas
que en el ascenso violeta del
vino
se llevaban todo el vuelo que
supimos
mirar, cuando le ganábamos a
la nada
sobre una cama
saludábamos la pena de los
días
como si fueran barcos
partiendo
y con su estela de espuma le
contaban
como era el cielo a las
sirenas
niñas perdidas del amor
que viaje al dolor, que
disparo de claridad
buscamos temprano sin saber y
encontramos
tarde sin querer, eso que
llaman verdad.
RC 1998