martes, 27 de agosto de 2013

Ellos

Sí, ahora me acuerdo, era Axolotl , exactamente lo que estaba leyendo en el banco enfrente de ellos, en un espacio del Jardín Botánico resguardado por árboles al que me gustaba ir con un libro algunas tardes de sábado, durante unos años que vivía cerca de allí.
Nunca les había prestado particular atención y quizá tampoco a ninguna de las esculturas que me cruzaba en los senderos atravesando el parque hasta llegar a ese rincón que poco a poco fue lo único que me importaba del lugar, por algún motivo los caminantes no iban casi por ese lado, en verano cuando se llenaba de adoradores del sol lo hacían alejados. Así y todo hasta esa tarde no había reparado en ellos, hasta que entre una de las varias lecturas del principio del cuento de Cortázar,  /Hubo un tiempo en que yo pensaba mucho en los axolotl. Iba a verlos al acuario del Jardin des Plantes y me quedaba horas mirándolos,observando su inmovilidad, sus oscuros movimientos. Ahora soy un axolotl / enredado en el magnetismo de esas primeras imágenes levanté la mirada  hacia las nubes, al bajar  percibí que ellos estaban envueltos en un plástico, que estaban heridos, no sé si fue eso  lo que hizo que les viera esta vez de otro modo, y me preguntara si les habían envuelto o eran ellos yéndose, primero de las miradas, luego de la inmovilidad, de la luz, luego de todos.
Sus miradas son hacia el cielo o la noche, pero no el mismo ni la misma, cada uno es imán de una nada opuesta, de un sino en direcciones distintas, ahí fue cuando me surgió la necesidad de quedarme con ellos, ahí, no antes, ni quizá mas adelante que seguramente los reconstruirían, fui a buscar la cámara y volví cuando el sol ya empezaba a bajar.
 Unos años después escribiría una serie de poemas luego de haber transitado por algunos pasillos luminosos en el principio y oscuros en el  final , como dicen que dijo Lope de Vega: el amor tiene fácil la entrada y difícil la salida, ellos ya lo sabían muchas veces, mas que nadie.

Esa noche casi no dormí pensando en como se verían bajo la penumbra plateada de la luna, o tal vez por las noches no estaban, viajaban al fuego del pasado y por eso volvían cada vez mas dañados, prefería imaginarlos recostados en el mismo banco a donde ya no quise sentarme nunca más. Tiempo después arreglaron la escultura, pero ellos ya no están ahí, como la cigarra dejaron sus pieles, su apariencia, su canto mudo distrae la lectura de otros en otros parques.

RC 2013







                                                                       Canción de nunca llegar


Luz de los ojos en las manos
la calma del verano en los silencios
y la voz de los sueños volviendo
traíamos esa mañana

después de tanta noche a cuestas
las promesas son llamas de velas
que cesan, hojas en blanco, corazas
de algodón para cuidar la verdad
trigo de los labios

nos dimos alas
que en el ascenso violeta del vino
se llevaban todo el vuelo que supimos
mirar, cuando le ganábamos a la nada
sobre una cama

saludábamos la pena de los días
como si fueran barcos partiendo
y con su estela de espuma le contaban
como era el cielo a las sirenas
niñas perdidas del amor

que viaje al dolor, que disparo de claridad
buscamos temprano sin saber y encontramos
tarde sin querer, eso que llaman verdad.


                                                                        RC 1998